jueves, 21 de enero de 2010

CON CUATRO VERSOS RECUPERADOS...


He recogido del antiguo naufragio
cuatro poemas que me hundieron por su peso;
porque aunque no lo crean
los sentimientos de los que estaban hechos
pesaban mucho...aún siguen pesando.
Recuperé cuatro platas de las treinta
caídas en el abordaje de los piratas,
y la saeta de la vieja brújula de los vientos.
El eco de una caracola olvidada
en la canción del mar...
y el prisma que tornasolaba mi escama.
La rosa negra que se ahogaba en las arenas
sangrante de espinas...
He recuperado el principio de un cuento sin final
aún escrito, de azules sueños donde nace el arco iris
y comienza la inocencia atesorada en un te quiero,
he dejado en el olvido la fealdad del resentimiento
que provoca el engaño,
y encerré bajo siete llaves el odio en el fondo marino,
emergiendo a la superficie del sol
con un mendrugo de recuerdos,
que generoso,s me aguardaban en la despensa
de la memoria dorada del trigo en mi cabello
y el rubor de porcelana en la cara de la aurora,
en las preciosas gemas de colores del amor
que no supieron ver ojos ciegos.
Con el valor de la lealtad ante una promesa
uní los trozos ante su ruptura y perdoné
a la mano ejecutora de su destrozo.
Atesoré el tiempo en mi vientre
para hacerlo eterno hoy y mañana ...
con sangre y latidos sin mecanismos
le devolví la vida a la vida misma.

Y volví a ser yo, navegante de estrellas.
La mutación de la selva en el espacio
floreciendo cual maná en las bocas hambrientas.
La fe de la luz y su fuerza...
El bien que combate a la sombra negra,
guerrillera incansable, mujer seday
mujer de caverna, sin hoja de parra
que oculte mi sexo con doble moral.
Definida siempre mi acera
por la que debo y quiero transitar.

Recogí cuatro versos...nada más
de aquel naufragio
de ayer que me hundió,
¡Pesaban entonces tanto!
Mas hoy al recuperarlos
me hacen volar lejos de la ambiguedad
como estrella de mar .

Mercedes Pérez
Mertxy

miércoles, 20 de enero de 2010

Cuando llegue el día que no me importe ya...



Va llegando, llegará poco a poco el día
en que no me importará lo que te pase.
Ni lo que me hagas, o no me hagas,
En que no sentiré el hueco de tu presencia
horadando el piso emocional de mi alma,
Ni palpitaré con la mudez de tu palabra
con el cansancio del halago
vulgarizado por repetido y que creí exclusivo...
llegará el día, poco a poco
en que no lograrás desestabilizarme
con la fábula del lobo...
un día o una noche cualquiera
despertaré o me dormiré sin pensarte
y ese día pasarás del altar: al desguace,
porque es duro el extremo de la dureza
de la alevosía premeditada...
es un caudal desperdiciado de energía
querer zafarse de lo invisible,
incontrolable el son chirriante
de las máquinas, dicen que tienen sentimientos
¿será verdad?- sólo que yo no lo se.
¿Qué tal se sintieron al comerse
mi corazón a mordiscos?
- me pregunto yo ahora-
pero llegará el tiempo que no lo notaré
cosa normal pues ya no lo tengo,
me lo robaron, llegará el día que lo asuma
y ya no lo echaré de menos,
latiré en un estuche de madera
eso sí con música y flores blancas
...de llegada sin despedida.

Pero hasta ese día...seré un trozo de corazón en manos del viento.
Mercedes
Mertxy